Me inicio en el campo de las novelas gráficas, y qué mejor manera de hacerlo que con una de Moderna de Pueblo. A pesar de seguirla asiduamente a través de sus distintas redes sociales, no fue hasta hace unas semanas cuando decidí probar con este tipo de lectura.
Creo
que aferrarse a lo conocido no nos permite, por regla general, darnos
a nuevas experiencias y descubrir cosas que probablemente acaben por
encantarnos. Personalmente, siempre he sido reacia hacia los cómics,
y es ahora, tras leer “Los capullos no regalan
flores”,
de Raquél Córcoles,
cuando me he dado cuenta de lo equivocada que estaba.
Los
capullos no regalan flores es un
cómic cuya protagonista es una chica de pueblo (entendamos pueblo
como todo aquel lugar en el que no exista 'Corte Inglés') que decide
probar suerte en la ciudad.
Es allí donde comienza su vida como becaria explotada, destino que tristemente nos aguarda a todos/as los/as que estamos o vamos a empezar en el mundillo laboral, y donde comienza a conocer chicos que irán engrosando su particular lista de capullos.
Es allí donde comienza su vida como becaria explotada, destino que tristemente nos aguarda a todos/as los/as que estamos o vamos a empezar en el mundillo laboral, y donde comienza a conocer chicos que irán engrosando su particular lista de capullos.
Desde aquel primer amor con el que se prometió amor eterno, conocido
popularmente como 'capullo clásico', encontramos otra larga
retahíla, de la que destacan algunos como el 'capullo fugitivo',
el 'capullo capullo', el 'capullo cooltureta' (uno de
mis favoritos) o el 'capullo perdonavidas'.
El cómic está estructurado en diferentes capítulos, como:
“Sin cita previa. Salir y llevarse el trofeo”, “Mujeres
modernas. En un mundo de usar y tirar”, “Los capullos no maduran.
Pasan de niños a viejos verdes”, “El amor es una droga y el
desamor la resaca” o “Alérgica a las flores. Ahora ellos serán
los kleenex”, entre otros. A través de ellos podemos observar la evolución que experimenta Moderna de Pueblo a raíz de las
decepciones que va sufriendo.
Con ilustraciones cuidadas hasta el mínimo detalle, que nos
transportan a un entorno de lo más hipster,
donde el postureo está a la orden del día. Es
una novela gráfica tremendamente divertida, y muy ajustada a
la realidad, ya sea por suerte o por desgracia (véase desde
el punto de vista de mujeres víctimas de capullos).
Este cómic está basado en las propias experiencias de su autora y
en las de sus amigas, lo que le aporta una fuerte esencia de
realidad, que permite que gran parte de sus destinatarios/as
puedan sentirse identificados/as con las historias que va viviendo la
protagonista. Y creo que esta es la clave de su éxito, ya que
plantea situaciones cotidianas que todos y todas hemos podido vivir, ya sea a través de nosotros/as o a través de terceras personas, e ironiza con ellas de modo que las transforma en situaciones
divertidas.
Además de ello, el tema elegido da mucho juego, ya que la lista
de capullos no se limita a los expuestos en la novela, sino que
tiene un marcado carácter de numerus apertus. Es una
lista abierta que está en permanente actualización, ya que existen
una infinidad de tipos de capullos y variantes dentro de un mismo
tipo. Dicho ésto, viviré con la esperanza de que exista una segunda
parte.
A pesar de llamarse a sí misma “Moderna”, peca de lo que pecamos
muchas mujeres, y es que a pesar de que el rollo de salir de
fiesta y socializar con diferentes chicos nos divierta mucho, la
inmensa mayoría vivimos con la esperanza de dar con ese alguien
especial que rompa los esquemas que nos hemos creado a raíz de
nuestras malas experiencias.
Los
capullos no regalan flores es un
cómic de fácil lectura, divertido y real, que te deja con ganas de
más. Así que no me queda otra que seguir disfrutando de las
peripecias de Moderna de Pueblo con otra de las obras publicadas de
Raquél Córcoles.
Verónica.
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