El bolígrafo de gel
verde es la primera novela de Eloy Moreno que llegó a mis manos por
la peculiaridad de su título, el cual a primera vista es incapaz de
adelantarnos nada de la historia que en las páginas interiores se
desarrolla.
La historia, narrada en
primera persona por nuestro protagonista (anónimo, ya que
el autor no le da nombre), comienza recordando uno de los veranos de
su infancia que marcará un punto de inflexión, pues un desagradable
incidente hace que se distancie de su mejor amigo, un amigo de esos
que se hacen en verano y que parecía una amistad para toda la vida.
Desde este momento uno ya se engancha a la novela ya que nos
identificamos con esos momentos veraniegos en los que no pasa el
tiempo, en los que pasas unos días en el pueblo, en los que haces
amigos y quizá el primer amor, que en este caso es Rebeca, su actual mujer.
Vemos como el
protagonista llega a la edad adulta sintiendo que su vida se le
escapa entre las manos, pues aún con trabajo estable en una
multinacional, casado, padre de un hijo (Carlitos) no se siente
feliz. La rutina le devora, todos los días se enfrenta a las mismas
caras en la oficina, al tiempo perdido en el tráfico de la gran
ciudad en la que vive, la rutina en casa donde parece que la relación
con su mujer naufraga, a la dejadez por el aspecto físico y no poder
pasar tiempo con su hijo al que apenas ve unos minutos al día. Se
siente víctima de esta sociedad absorbente y acelerada.
Este personaje, que
comparte oficina con varios compañeros, siempre pierde su bolígrafo
y este típico tópico de que te tomen prestado el bolígrafo y no te
lo devuelvan es su pequeña vía de escape, pues decide comprarse uno verde y así poder saber quien lo tiene. Es tal
la jaula en la que se siente atrapado, que el simple hecho de su pérdida unos días después, se convierte para él en
una odisea y el comienzo de la aventura que le supone encontrarlo.
Llegados a este punto,
este insignificante hecho da cuenta de
hasta donde ha llegado la falta de ilusiones y hasta qué punto ha
sido víctima de la rutina y la monotonía que va robándole los
días. Así que, tras meditarlo bastante, decide coger la mochila
camino del montaña y dejar atrás las costumbres y las rutinas para
dar un giro a su vida.
El bolígrafo de gel
verde es un libro que se lee fácilmente y sin esfuerzo, que permite
identificarse con el protagonista a todas aquellas personas que
trabajan como hormigas y para las que el tiempo libre es un lujo que
nunca o casi nunca se pueden permitir. Es un libro que, en cierta
medida, abusa de los tópicos para describir a los personajes, si
bien es este hecho junto con el anonimato del protagonista el que
permite que un número tan extenso de personas se vean reflejados en
las líneas escritas por el autor. Podemos concluir con que de
narrativa más bien simple tiene ciertas reminiscencias a novela de
autoayuda.
Esteban
Hola!
ResponderEliminarHabía leído alguna reseña sobre este libro, que cada vez tengo más ganas de leer. Aunque no es precisamente el tipo de literatura que consumo habitualmente, me apetece leerlo pronto.
Estupenda reseña. Saludos.
Hola!
ResponderEliminarHabía leído alguna reseña sobre este libro, que cada vez tengo más ganas de leer. Aunque no es precisamente el tipo de literatura que consumo habitualmente, me apetece leerlo pronto.
Estupenda reseña. Saludos.