El libro
de hoy es uno de esos libros capaz de levantar el ánimo en los momentos más
bajoneros, es la vida del gran Ignatius J. Reilly, un joven gordo que viste de
forma estrafalaria ataviado siempre con un gorro verde de cazador, y unos
amplios pantalones tipo tweed, un personaje que ha sido capaz de trascender de
su propia historia y convertirse en un icono cultural y no sólo literario.
Ignatius está presente en muchos lugares, como veremos más adelante.
Como ya
he dicho, es un libro de humor, aunque la historia detrás del libro sea triste,
pues el escritor, John Kennedy Tool, se suicidó deprimido al ver que no
conseguía publicar su novela, que finalmente vio la luz años más tarde por el
empeño de su madre, quien le rogó a un profesor universitario que al menos le
concediera una oportunidad. El profesor, conmovido por la historia de aquella
mujer, aunque a regañadientes, aceptó darle una oportunidad a la novela, pero
sin mucha fe. Cuando empezó a leerla quedó atrapado por el personaje, incluso
contra su propia voluntad, decidiendo ser el mismo quien la publicara.
El libro
narra las peripecias de Ignatius Reilly, una especie de Quijote contemporáneo
que lucha contra la falta de geometría y teología en las que está sumida la
sociedad occidental, un caballero andante que sueña con volver a los tiempos
medievales, en los que, según él, si
había geometría y teología. Ignatius va escribiendo en cuadernos dispersos, sus
pensamientos y reflexiones sobre la vida, evocando a su admirado Boecio, que
algún día espera aunar para convertirlos en la gran obra del siglo XX, que
devolverá a la humanidad a los valores morales que son dignos de las personas.
Al igual que nuestro Quijote, aquí también tenemos una Dulcinea del Toboso, su
nombre es Myrna Minkoff, una antigua novia con la que mantiene contacto a
través de correspondencia. Pero hay otros personajes que también son dignos de
destacar, como la sufrida madre alcohólica que tiene que aguantar a un hijo
vago, glotón y tirano que la tiene como criada. Una madre sobre quien recae la
furia de su hijo cuando sus caprichos no son atendidos. El tercer eje es el
Patrullero Mancuso, un policía torpe e incompetente que sueña con ser ascendido
tras muchos años de servicio, pero que no es más que el bufón del cuartel, el
objeto de burlas de sus compañeros y jefes. Este policía se convertirá en
compañero sentimental de la madre, un hombre capaz de tratarla con respeto, algo
que, por supuesto, no le hará mucha gracia a nuestro querido protagonista.
Ya hemos
visto que Ignatius es como un Quijote moderno, pero también es una mezcla de
Torrente y Sheldon Cooper, sí, quizás suene raro pero es así, cogemos toda la
escatología y todo lo desagradable de Torrente, físico incluido, y le ponemos
el cerebro del entrañable y exasperante geniecillo de Big Bang Theory, pues si
bien Ignatius no es físico, si posee grandes conocimientos sobre historia y
cine, siendo el cine uno de esos momentos en los que más los identificas, de
hecho, se puede asegurar que Sheldon está inspirado en esta novela.
Un libro
excelente para echarse unas buenas risas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario