23 de junio de 2016

PEDRO PÁRAMO, Juan Rulfo (Editorial rm, 1955)

   Pedro Páramo es una de las grandes obras de la literatura hispanoamericana, se engloba dentro de eso que fue llamado realismo mágico, movimiento que tiene a Borges y Gabriel García Márquez como sus máximos referentes. Su autor, Juan Rulfo, lo podríamos definir  como un escritor vago, pues apenas escribió esta obra y alguna selección de cuentos cortos, pero es que el hombre prefería dedicar su tiempo a otras disciplinas como la fotografía.

   El movimiento muy grosso modo consiste en introducir elementos mágicos, fantásticos, o incluso sobrenaturales intercalados en una realidad que nos hace aceptarlos como elementos cotidianos, sin existir, por tanto, ninguna percepción fuera de la realidad diaria, como si viviéramos una realidad mágica. Así, esta novela  narra una historia de susurros, de paredes que murmuran las voces de los muertos que habitan el valle de la Media Luna, durante mucho tiempo regido con puño de hierro por Don Pedro Páramo, un poderoso terrateniente: "un rencor vivo".

    Pero en realidad Comala es una ciudad desierta en la que todos sus habitantes están muertos, aunque gustan salir de su descanso para mezclarse con los vivos. Juan Preciado,  para cumplir con el último deseo de se difunta madre, decide ir a conocer a don Pedro Páramo, su padre biológico, a la vez terrateniente y tirano para el pueblo, de quien no sabe nada en absoluto; allí Juan irá conociendo cuál es la historia y los secretos que esconde este pueblo, sus casa, sus habitantes, sus plantas; descubrimiento que irá realizando poco a poco, conforme vaya conociendo a los peculiares habitantes de la aldea y la historia de su vidas, sobre todo a Doña Eduviges, íntima amiga de su madre y principal anfitriona del joven en su periplo por Comala.

    Novela fascinante con un espíritu poético en cuanto al uso de sus palabras, y que tiene una estructura narrativa algo peculiar, pues en realidad se podría decir que casi carece de estructura narrativa, la línea temporal es completamente atípica, tiene un inicio pero no cuenta con nudo ni con desenlace, al menos de una forma estricta, pues la historia se basa en recuerdos y acontecimientos del pasado: la vida de su padre, Pedro Páramo, y los secretos de Comala, por tanto los saltos hacia atrás son constantes. Avanzar en la novela es retrotraerse a la historia de Comala, para terminar llegando al punto en el que tdo cambia para que todo continúe igual. una novela de pasado y presente en la que el futuro es, en verdad, un eterno presente, limbo carente de tiempo.

   Es un libro bastante corto, apenas ciento treinta páginas, por lo que es muy fácil encontrarlo publicado junto a su colección de relatos El llano en llamas.

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