Este libro lleva por título el nombre de su protagonista, Greta Legris. Es una mujer metida en la treintena, que a modo de reflexión repasa experiencias de su vida que la han ido moldeando, haciendo de ella una persona en la que predomina la melancolía.
Lo hace a modo de diario, durante el otoño, aunque bien podría haber sido durante el invierno porque en toda su vida predomina el color gris. En concreto, reflexiona sobre las desgracias de su vida, como el fallecimiento de su madre y de su padre, y después el de su marido.
Tal es el aspecto sombrío que su autora, Carlota Josefina Bérard, quiere lograr en la protagonista, que incluso experiencias gratas en la vida de cualquier persona, vividas por Greta Legris pierden todo su color y también pasan a ser grises.
Es una novela corta, bien hilada, que cuenta con poco más de 100 páginas que, sin embargo, a mi me ha supuesto una dificultad terminar de leer. Pienso que se debe a que no me he identificado en ningún aspecto con Greta Legris, ni tan siquiera me han causado aflicción sus desdichas.
No creo que sea un libro sólo para pesimistas (por decirlo de alguna manera) pero sí pienso que Greta y yo tenemos formas muy diferentes de entender la vida.
*Frase destacada:
“¿Sr. Reloj?”, pronuncio en mi pensar, “quisiera pedirle por favor, que suspenda el tiempo un instante, donde pueda respirar profundamente, sintiendo qué hacer de mi vida, que se va rápidamente. ¡Vamos, vamos, en esta época, con tanta prisa! ¿Pero, a dónde? ¿A dónde vamos? ¿Qué deseamos en realidad los hombres? ¿La felicidad? ¿Y qué es verdaderamente la felicidad? ¿La paz? No sé si la alcanzaremos, pues somos egoístas, infieles y ávidos de poder. Creemos decir la verdad y mentimos; nos mentimos, muchas veces tanto, que llegamos a perder lo que en verdad somos y deseamos. Y lo triste es que la vida es breve, tan breve como el último aliento que damos al morir, pareciera que la vida solo durara el último aliento en el que se va”. (Página 32)
María
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