Hoy quiero confesar... que mi marido es el Rey se trata de una lectura totalmente diferente. O por lo menos totalmente diferente a lo que yo estoy acostumbrada a leer.
Se trata de un libro de apenas 114 páginas que narra, en tercera persona, la vida de Alejandro.
Alejandro es un chico de buena familia en cuanto a reconocimiento, aunque humilde en lo que a posición social se refiere. Desde muy pequeño se ve obligado a sufrir situaciones conflictivas en casa y a experimentar otras situaciones que ningún niño debería llegar a vivir jamás. Entre otras cosas, por ser acusado por sus propios compañeros de colegio de ser gay.
Los primeros capítulos se centran principalmente en el aspecto profesional de la vida de Alejandro, al que se describe como un chico inquieto y muy emprendedor. Tal es así que decidió crear el periódico de su colegio, que acabó teniendo mucho más éxito del esperando, además de que se trataba de una actividad pionera llevada a cabo por un alumno. Posteriormente, con dieciséis años, decidió crear su propio programa de radio, que llegó a ser galardonado en varias ocasiones. A su mayoría de edad, decidió participar en un reality show musical, gracias al cual entabló una relación un tanto especial con un miembro femenino de la casa real.
Todos estos hechos hacen ver que Alejandro era una persona muy querida y valorada en su aspecto profesional. No obstante, su vida amorosa no andaba en consonancia, ya que desde sus primeros años de edad fue sufriendo lo que acabó siendo una larga lista de desengaños. Éstos, unidos a la fuerte presión mediática que recaía sobre su persona, provocaron que se viera inmerso en una fuerte depresión. Para más inri, pasó de ser uno de los personajes más queridos del territorio español, a ser uno de los peores valorados, sembrándonos la duda de si sería capaz de invertir dicha situación. Hecho que nos muestra la cara más cruda y real de la fama y de la prensa, que un día te hace despertar en la cima y al día siguiente en el subsuelo.
No se si será por el componente tan novedoso de la historia o por la forma de narrarlo en tercera persona, que no he llegado a conectar del todo con la historia, ya que me ha parecido bastante surrealista. No obstante, creo que de este libro es necesario destacar la reflexión que David Enguita nos regala. En un tiempo en el que la monarquía española no pasa por su mejor momento ¿Está España preparada, social y políticamente, para tener un Rey homosexual? ¿Y el resto de monarquías europeas?
Un libro con un mensaje diferente y novedoso, que te hace reflexionar sobre la situación del panorama político y social de España. Porque quién sabe, igual lo que hoy es ficción, mañana puede convertirse en realidad.
Verónica.
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