Este año por Sant Jordi recibí, de
alguien que me conoce muy bien, Reinas Malditas, de la escritora Cristina Morató.
Antes de leerlo ya sabía que iba a gustarme.
El libro está estructurado en 6
partes, centrándose cada una de ellas en una “Reina maldita”.
Cada parte, a su vez está formada por diversos epígrafes que se
centran en algún aspecto concreto de la vida de estas mujeres. Ni
mucho menos pretendo resumir el libro, sería imposible reproducir
cada detalle, pero si destacaré lo que más me ha llamado la
atención de cada una de estas mujeres.
Sissi.
Una extraña en la corte. Isabel de Baviera nació en Munich en
1837. Para Sissi fue complicado adaptarse a su nueva vida como
emperatriz. Es más, considero que nunca lo consiguió. Acostumbrada
a una vida campestre, despreocupada y sin formalidades el cambio le
supuso un sacrificio. Lejos de la idealizada imagen que podemos
tener de la emperatriz de Austria (en mayor parte por las
películas), Sissi padecía anorexia nerviosa, lo que me hace
comprender su extravagante y excéntrico comportamiento. Tras
el suicidio de su hijo su delicada salud empeoró, se deshizo de sus
joyas, nunca más vistió de color y prohibió que la retrataran.
Incluso
su muerte fue peculiar, en septiembre de 1898 en Ginebra un
anarquista italiano la asesinó clavándole un estilete en el pecho.
Siempre amada pero nunca comprendida por su esposo Francisco José,
Sissi, en contra de su voluntad, fue enterrada siguiendo el
protocolo de los Habsburgo que despreciaba.
María
Antonieta. La reina desdichada. Nació en Viena un 2 de
noviembre de 1755. Con la finalidad de unir Francia y Austria, su
madre negoció hasta conseguir celebrar la boda de su hija con Luis
XVI en 1770. Le agota la corte de Versalles, se aburre diariamente
por lo que comienza a llevar una vida paralela sencilla en el
Trianon.
Pasa
los días dedicándose a la botánica, la decoración y la moda
Rococó (lo que proporciona importantes recursos económicos a
París). Puso de moda los miriñaques y poufs. Gastaba grandes
cantidades de dinero en estos pasatiempos, por lo que fue ganándose
la enemistad del pueblo.
Me
llamó la atención que a pesar de la prohibición a los juegos de
azar en el reino, el Rey permitía que su esposa organizara partidas
en la corte, lo que me hace pensar que María Antonieta vivía ajena
a los problemas que Francia sufría, y su esposo la complacía.
Con
la maternidad, deja de lado los excesos y comienza a llevar una vida
campestre, ocupándose de la educación de sus hijos.
Durante
la Revolución se comportó como una verdadera reina tomando el
control y buscando soluciones. Era demasiado tarde, el 16 de octubre
de 1793 en la plaza de la Revolución (actualmente, de la Concordia)
la ejecutan públicamente en la guillotina.
Cristina
de Suecia. Un espíritu indomable. Nace el 8 de diciembre de
1626 en Estocolmo. Por decisión de su padre recibió la educación
de un varón y la formación de un soldado. Tenía un comportamiento
llamativo y duramente criticado para una mujer de su época (a día
de hoy, entendemos que su único “error” fue no guiarse por
estereotipos femeninos), vestía como un hombre y en raras ocasiones
lució vestidos y peinados propios de una reina.
No
quiso contraer matrimonio, rechazó a todos sus pretendientes. Sólo
permaneció en el trono 6 años, abdicó y nombró heredero a su
primo Carlos Gustavo.
Le
apasionaba el arte, la cultura, la literatura, la ciencia (instaló
laboratorios científicos en palacio), por lo que solía rodearse de
escritores, músicos, artistas, pintores, etc. Creó una cátedra de
español en la Universidad de Uppsala.
A
pesar de que una ley sueca prohibía a los suecos de nacimiento
practicar la fe católica, Cristina abandonó la fe luterana y fue
declarada persona “non grata” en Suecia.
En
Roma, consiguió que el papa Clemente X levantara la prohibición a
la presencia de mujeres en espectáculos artísticos.
El
19 de abril falleció a los 62 años. Sus restos fueron depositados
en la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Eugenia
de Montijo. Un trágico destino. Nació en Granada un 5 de mayo
de 1826. Esta frase de la emperatriz me parece que es la que mejor
define sus pensamientos “cuanto tenía doce años quería ser
actriz. No he tenido suerte: he sido emperatriz”. No tenía sangre
real pero contrajo matrimonio con Napoleón III. Para mi, ha sido
uno de los descubrimientos de “Reinas malditas”. Su forma de
maquillarse con Kohl y pintalabios rojo marcó tendencia y su
perfumista le creó una fragancia que continúa vendiéndose en la
actualidad ( Eau de Cologne impériale).
Descata
en ella su bondad y su compromiso con la clase social menos
favorecida, realizó numerosas obras sociales, mejoró el régimen
carcelario, promovió la enseñanza pública superior femenina y un
largo etcétera.
Falleció
en España por una crisis de uremia a los 94 años un 11 de julio.
Victoria
de Inglaterra. La viuda de un Imperio. Nació el 4 de mayo de
1819 en el palacio de Kensington. Durante su infancia fue protegida
en exceso por su madre, Duquesa de Kent, la llevaba de la mano hasta
el día de su coronación, incluso dormían en la misma habitación
hasta sus 18 años.
De
fuerte carácter y acostumbrada a tomar serias decisiones, al
principio del matrimonio con su primo Alberto continuó llevando el
mando de sus obligaciones políticas, sin embargo, con el nacimiento
de sus hijos, Alberto la relega a sus obligaciones como madre.
El 22 de Enero de 1901 fallece la “abuela de Europa” (en ese momento tiene 42 nietos y 37 bisnietos), reina de Gran Bretaña e Irlanda, sus colonias y emperatriz de la India.
El 22 de Enero de 1901 fallece la “abuela de Europa” (en ese momento tiene 42 nietos y 37 bisnietos), reina de Gran Bretaña e Irlanda, sus colonias y emperatriz de la India.
Alejandra
Romanov. La última zarina. Nace el 6 de junio de 1872 en
Darmstad (Alemania). La princesa alemana era reservada y tímida.
Estaba muy influenciada y unida a su abuela Victoria de Inglaterra,
con la que pasaba los veranos.
Al contraer matrimonio con Nicolás
II, muy a su pesar tuvo que renunciar a su fe luterana y comenzar a
practicar la fe ortodoxa. Como emperatriz de Rusia destacaron sus
obras sociales, sólo en San Petersburgo puso en marcha 85
hospitales, en los que trabajaba ayudando a los enfermos. Incluso
realizó cursos de primeros auxilios en Cruz Roja junto a sus dos
hijas mayores.
Tras
dar a luz a 4 hijas, en 1904 nace el príncipe heredero Alexéi,
hemofílico, razón por la cual Rasputín, pasa a ser imprescindible
para la zarina.
La familia imperial y sus sirvientes fueron asesinados a disparos durante la Revolución rusa por los Bolcheviques.
La familia imperial y sus sirvientes fueron asesinados a disparos durante la Revolución rusa por los Bolcheviques.
A
partir de los diarios personales, correspondencia y noticias de la
época, la autora Cristina Morató nos cuenta las curiosidades y
vivencias de estas mujeres y sus familias.
Evidentemente, se trata de un libro en
que abundan datos, fechas y hechos históricos; sin embargo, nunca
resulta aburrido, en cada página leeremos “algo” que nos hará
pasar a la siguiente sin ningún esfuerzo. Sobre todo nos hace crear
una idea de cómo fueron de puertas adentro todas estas reinas, más
allá de protocolos o creencias sociales.
Es imprescindible entrar en la piel de
estas mujeres para llegar a comprender sus actuaciones y
sentimientos, la autora nos ayuda a conseguirlo retrocediendo en el
tiempo.
También contiene el libro 8 imágenes de cada una de las reinas que representan diferentes hechos que las caracterizan.
He aprendido mucho con este libro, y
también lo he disfrutado, tanto que lo racionaba para no terminarlo
rápido. Me pregunto si Cristina Morató se planteará escribir otro
libro teniendo como protagonistas a otras reinas.
María
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