Este libro cayó en mis
manos de forma inesperada y, la verdad, me llevé una grata sorpresa
con el mismo. Desde Isabel Allende, no había leído nada de
literatura hispanoamericana y esta novela me hizo recordar lo que me
gusta este tipo de narraciones.
La historia se sitúa en
México, concretamente en un rancho, donde convive una madre
autoritaria y sus hijas. Esta mujer tiene un estilo de vida
completamente recto y tradicional, lo que atormenta en todo momento a
las hijas, especialmente a Tita, que es obligada a renunciar al amor
ya que por ser la hija menor tiene que quedarse cuidando a su madre
hasta su muerte. Tita ve como Pedro, el amor de su vida, se casa con
su hermana para estar más cerca de ella, pero esta situación lejos
de consolarla, la afecta aún más por lo que sucede en
acontecimientos posteriores. Finalmente, las diversas decisiones que
va tomando le depararán un destino completamente inesperado.
Se trata de una novela que
mezcla realidad y ficción al mismo tiempo pero todo perfectamente
concordante y que aporta un toque especial al libro. Lo más original
de todo es ver como cada capítulo se introduce con una receta de
cocina que prepara la familia y los efectos que dicho plato va a
ocasionar en sus miembros, algo que resulta una novedad entre el
drama y el desamor que se sufre durante la lectura del libro.