Son habituales los libros en los que misteriosos asesinatos hacen al/la lector/a permanecer en vilo durante su lectura, ya que no suele ser hasta el final cuando conocemos la identidad del/la asesino/a.
Lo primero a tener en cuenta es que nos hallamos ante un libro underground. En “Yo asesiné a Kennedy (y a sus 7 guardaespaldas)”, como se puede deducir del propio título, se encadenan los asesinatos, pero la forma en que producen y se transmiten al/la lector/a son de lo más peculiares, lo que proporciona mayor originalidad a la obra.
En sus primeras páginas ya conocemos al Asesino. Se presenta, se describe y hasta le tomamos cariño. Precisamente no le tomamos cariño por ser “buena gente” sino por el carácter y la personalidad con que I.J. Hernández lo confecciona. Seguidamente, el Asesino planea los asesinatos. Para llevarlos a cabo recluta al Guardaespaldas Número Ocho, nadie mejor que quien los conoce de cerca.