11 de enero de 2017

MADAME BOVARY, Gustave Flaubert (1856)

  Cuando en 1856, el autor Gustave Flaubert publicó su obra “Madame Bovary”, no pudo imaginar la ofensa a los sectores más conservadores (y poderosos) de la época. Como consecuencia de dicha publicación, fue juzgado como autor de un delito contra la moral pública y la religión, razón por la que dedicó el libro a su abogado, D. Antoine-MarieJules Senard. La dedicatoria es la siguiente:

“Querido e ilustre amigo:
Permítame poner su nombre al comienzo de este libro y al frente de la dedicatoria, por ser usted principalmente a quien se debe su publicación. Gracias a la hermosa defensa que de ella hizo, mi obra ha adquirido, al menos para mí, una autoridad con la que no contaba. Acepte, pues, este homenaje de mi gratitud, que, por grande que sea, no llegará nunca a la grandiosidad de su elocuencia y a su interés por mí”.
Gustave Flaubert
París, 12 de abril de 1857.


  En la obra, el autor da vida a Emma, a la que conocemos como Madame Bovary al contraer matrimonio con un médico que se limita a admirarla y exhibirla sin percibir los anhelos de la mujer con la que convive.

  Madame Bovary es una mujer que soporta el peso de los prejuicios existentes en la sociedad francesa de la época, con el que no se resigna a cargar. Sus inquietudes pasionales le crean preocupaciones cuando inicia relaciones con otros hombres, de caracteres diferentes entre sí, pero que por diversos motivos también la decepcionan.

  Emma es derroche de pasión, y esta característica tan bien perfilada en el personaje llega al/la lector/a a través de los diálogos, cargados de dramatismo pero ligeros por el desarrollo de los hechos de la novela.

  Hay que tener muy presente durante toda su lectura cuál es la sociedad francesa de la época en que está ambientada, pues de lo contrario la lectura se hará densa, no se logrará entrar en la obra, ni comprender las críticas sociales que se ponen de manifiesto.

  Es una obra transgresora en la que se omiten algunas de las características de la novela romántica y se da espacio a un realismo tan marcado que causa la impresión al/la lector/a de que Emma es un personaje histórico real, cuya vida fue plasmada por Gustave Flaubert en Madame Bovary.

  En cuanto a las palabras que la lectura del libro me ha permitido incorporar a mi vocabulario, son las siguientes:

 · Estólido (P. 110): Que no comprende o no discurre.
 · Ignominia (P. 296): Ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona. 

  *Frase destacada:
  “Aquel hombre tan práctico no comprendía que existían sentimientos desiguales bajo el mismo lenguaje: porque labios libertinos y venales le habían dicho frases semejantes, no creía sino débilmente en el candor de ellas; debían rechazarse – pensaba- las palabras exageradas que expresaban medianas afecciones, como si la plenitud del alma no se desbordase algunas veces también en las metáforas más vacías, porque nadie puede jamás dar la medida exacta de sus necesidades, ni de sus concepciones, ni de sus dolores, porque la palabra humana es como un caldero rajado sobre el cual tocamos melodías para hacer danzar a los osos cuando quisiéramos hacer llorar a las estrellas.” (P. 191)


María

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